Estaba parada sobre la silla cuando me di cuenta de lo mala hermana que había sido todos estos años, y yo... pensando que lo había hecho todo bien...
Todo bien me repetí, mientras mi mirada chocaba contra los colores brillantes de los títulos en los mangas desordenados frente a mí. Apreté entre mis dedos muy fuerte una pequeña muñequita que encontré allí, detrás de todo y me llené de lágrimas, al comprender lo ciega que había sido, y lo mal que había hecho cada pequeña cosa...
Qué mala hermana eh sido, no les eh dado a mis hermanos los suficiente, no eh sabido apreciar cada pequeña cosa que hacen por mí, siempre tan pendiente de gente que no me estima que dejé de lado a los que de verdad valían.
No me podía bajar de la silla, estuve varios minutos mirando los manga como buscando alguna cosa, con los ojos llenos de lágrimas,... y pude visualizar en detalle, cada error. Y pude comprender que no había forma de sanar esas heridas, pero es eso lo que me aleja de ellos.
Eh sido una egoísta, dios, aspirando siempre a que me amara gente imposible, los ignoré por completo... y ellos se alejaron de mí de manera involuntaria e hice lo que siempre temí, los dejé solos... dejé que se criaran solos, hice todo lo que le reprocho al resto me preocupé por mi misma, jamás hice nada pensando en ellos, en su felicidad...
Siempre pensando en Nico, veía las cosas en mis colores favoritos, sentía solo mis aromas favoritos, degustaba solo mis sabores favoritos... y oía solo mis propios alaridos de tristeza o felicidad. Nunca pregunté si eran o no los suyos, si quizás les molestaba algo de mí... jamás.
Eh sido un monstruo sin perdón... me bajé de la silla y le dí un beso en la frente a mi hermano que estaba a un lado durmiendo... y lo vi tan grande. Me sentí como un padre que ah fracasado.
Y comprendí porqué jamás tendré hijos...
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