Admito no haber estado nerviosa y no habermelo creído hasta el día siguiente.
Es una sensación bien extraña, cada vez que cierro los ojos veo la cara de kyo iluminada por lo focos de color rojo, apretando con fuerza el micrófono y curvando la espalda de una forma tan extraña y hermosa... admito haberme desesperado con fuerzas y que ayer lloré demasiado cuando ya no lo sentí tan cerca.
No me engaño cuando digo que a nadie podría amar como amo a kyo, porque nadie podría darme lo que el provoca solo cerrando los ojos y mirando al cielo. Kyo, sí, Kyo miró el mismo cielo que yo observaré cada noche...
Admito estar a punto de romper a llorar en éste mismo momento y admito sentirme estúpida por eso...
Creo no haber vivido, ni respirado, ni amado jamás... solo hasta hace 2 días atrás.
1 comentario:
Tierna...
Publicar un comentario