Cuando nos damos vueltas ya cansados de cada pequeño detalle del otro, yo pensaba en tus ojos bien abiertos, y que al final, después de todas las desilusiones, siempre estoy pensando en tí aunque no nos guste...
Digámosnos mentiras hasta que nos revienten los tímpanos, creo que en realidad esas eran las promesas que me susurrabas al oído, creo que en realidad era eso lo que nos estabamos prometiendo, matarnos de a poco. Lento, pero seguro.
Echándo a perder se aprende, debes haber aprendido de todo conmigo porque quedaron hartos órganos vitales dañados. Hígado, Pulmón, Corazón, Cerebro. Algunos ni los conocía y ya no los tengo.
Qué haremos hombre? te abrazé como siempre, escondiéndome en tu abundante y largo pelo negro teñido y tú me apretaste las costillas sin decirme nada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario